Cumpliendo 50 años

Juan Izquierdo

Hace un año cumplí 50 años. Para celebrar el evento, fue muy grato contar con una gran fiesta que me organizó mi señora; inolvidable. Les reconozco que la cifra de años cumplida me causó una gran impresión, y una gran necesidad interior de hacer un alto en el camino. Por un lado, para agradecer lo logrado, pero por sobre todo, para responder al hecho que uno siente, de verdad ahora, que el tiempo pasa muy rápido sin darnos cuenta.

Me sobrevino una urgencia de avanzar en todos aquellos proyectos personales, que por múltiples razones, sobre todo laborales, se habían quedado atrás. Efectivamente, agradecí desde el fondo de mi corazón todos los sueños logrados en el ámbito familiar y profesional, y agradecer también todas aquellas personas que me dieron su amistad y confianza, fuera del trabajo, y en él. También me acordé de lo importante que había sido nuestra fe en Dios, y el apoyo de la familia, para sustentarnos en aquellos momentos duros por los que pasamos -en el exilio provocado por la Unidad Popular, donde fuimos inmigrantes en Estados Unidos- y, luego a la vuelta a Chile, en los importantes desafíos del emprender luego de haberme independizado, crecer e internacionalizarnos, y que nos hacen valorar más lo logrado. Sin embargo, sentí que era el momento de hacer una parada técnica para reflexionar sobre qué es posible mejorar y reinventar en nuestra propia vida, pues daba la impresión que veníamos en un tren un poco acelerado. Que si no reaccionaba ahora, podía ser tarde para darle más peso a los temas no laborales, y soltar el pie un poco del acelerador para dedicarle más tiempo y energía a la familia (con señora y 7 hijos, donde el mayor tiene 17), y al cuidado de la salud -con más deporte, y a los temas del espíritu. El sueño sigue siendo el poder equilibrar una carrera profesional desafiante, con una vida familiar y personal intensa ¡gran desafío! Para nuestra empresa consultora enlisté entonces la asesoría de un amigo y consultor externo nuestro, que me hiciera un coaching a mí, y luego a nuestro equipo, para mejorar nuestra efectividad personal tanto como en equipo. Como ya teníamos una evaluación de 360 grados guiada por él, ya teníamos feedback acerca de nuestras áreas de mejora. Estamos entusiasmados que esto nos dará nuevas visiones, y esperamos poder contárselas después.

Todo lo anterior radica en que siento que el haber cumplido 50 me hace darme cuenta a la fuerza que el tiempo corre rápido, y que es necesario parar y hacerse un chequeo para ver cómo vamos. Si uno y su familia ha invertido enormes sumas de dinero y tiempo en el perfeccionamiento profesional, ha trabajado con gran intensidad y logrado metas, ha llegado la hora de hacer una parada técnica, e invertir tiempo y recursos en ver cómo puedo mejorar como persona, y luego entonces como empresario, consultor, esposo, y padre y miembro de la sociedad. Creo que en nuestra empresa tenemos nuestro equipo y el suscrito una oportunidad de cambiar malos hábitos, y de incorporar nuevos buenos hábitos para concretar un lanzamiento renovado hacia esta segunda etapa (¿o más?) de nuestra vida. Por lo tanto ya nos armamos de asesor personal, y de los mejores libros al respecto (como el último de Marshall Goldsmith). Creo que no tengo nada que perder, y sí mucho que ganar. ¿Hay alguien que le haya ido bien en este proceso? (recibo mails).